Perdido me encuentro,
siempre, ahora.
Nadie comprende lo que en mí sucede,
el por qué del sí a nada y del
no a todo.
Sólo os pido que
llegueis a mí, que abrais las
pesadas puertas que
en mí cierran lo maldito
de mi ser,
el yo verdadero
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